viernes, 2 de septiembre de 2011

Danilo Medina y la gestión cultural desde el Estado



Por: Miguel Collado*


No todo anda mal en nuestro país en lo inherente a  la administración de la cultura desde el Estado, pero sería una insensatez decir que todo anda bien. Esta realidad incuestionable es la que sustenta el discurso inteligente de Danilo Medina: “Yo seré presidente, para desde el primer día continuar lo que está bien, corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se hizo”.  Lo reiteró en su discurso de proclamación en la mañana del domingo 28 de agosto de 2011.
En ese sentido, se impone trabajar en la formulación de un programa de gobierno que haga énfasis en la relevancia de la cultura como eje fundamental del desarrollo integral de la nación dominicana y que en el mismo queden consignadas las cosas que andan mal, las que procede sean continuadas y las que nunca gobierno alguno ha hecho en nuestro país en materia cultural. En la lista de las cosas que andan mal sería conveniente hacer figurar ―en ese programa― las posibles soluciones con una visión gerencial bien definida y estableciendo un orden prioritario.
Aspectos relevantes a tomar en consideración dentro de un plan estratégico, en el ámbito cultural, son, por ejemplo: actualización de la legislación vigente que norma el sistema cultural del Estado; desarrollo de las industrias culturales y vincularlas al sector turístico; rescate del Sistema Nacional de Casas de Cultura con la finalidad de incorporar las provincias al nuevo proceso de desarrollo cultural; implementación de una estrategia nacional de fomento y promoción del Sistema Nacional de Bibliotecas, priorizando la reapertura de la Biblioteca Nacional “Pedro Henríquez Ureña”; apoyo a las iniciativas que contribuyan al desarrollo de la industria del cine; y apoyo a los organismos que representan al Ministerio de Cultura en el exterior poniendo más atención al quehacer cultural-espiritual de la diáspora intelectual dominicana.
Otro aspecto importante que estamos seguros tendrá presente Danilo Medina cuando sea el primer mandatario de la nación dominicana, es el referente a la coordinación entre los Ministerios de Educación y de Cultura. Ambos organismos, armonizando sus acciones, pueden contribuir grandemente con el mejoramiento en la calidad espiritual y moral de los ciudadanos y de las ciudadanas de nuestro país; los dos, estratégicamente combinados, están llamados a contribuir con el cambio social al que aspira Danilo Medina: el cambio en la gente, en los aspectos educativo y cultural, facilita las transformaciones sociales y económicas que necesita la sociedad dominicana en los momentos actuales.
Existe un problema de actitud en el dominicano de hoy, que, en su estado de desesperanza, le ha ido perdiendo amor a su patria, olvidándose de que ella necesita de sus mejores hombres y mujeres para no perecer, como ha ocurrido en diversos momentos estelares de nuestra historia. Y es la educación ―combinada con una renovación de los valores culturales― la que podría garantizar el cambio de actitud derrotista y pesimista en la que nos encontramos atrapados los dominicanos. Ya lo dijo Danilo Medina en la mañana del domingo 28 de agosto de 2011, con palabras de hombre convencido de que le aguarda a nuestro país un futuro promisorio aun en medio de las adversidades que azotan al mundo: “La educación es el otro nombre de la libertad, porque quien no logra educarse no es un hombre o una mujer libre”. 
Con la articulación de un Plan Nacional de Desarrollo Integral que importantice tanto la educación como la cultura ―con los dos ministerios citados asumiendo un liderazgo institucional combinado, dándole fiel cumplimiento al contenido de sus respectivas leyes orgánicas―, se estaría enrumbando a la sociedad dominicana por el sendero del desarrollo integral, moral-espiritual, al que aspiraba el Maestro Juan Bosch y de cuyo pensamiento heredero es Danilo Medina, único candidato capaz de garantizar eso desde la Presidencia de la República.
Y porque sabemos cuál ha sido siempre la línea conceptual de Danilo Medina en materia cultural es que confiamos en que, en su gobierno, estas y otras reflexiones que surgirán en el proceso electoral actual ―entre otras ideas que, de seguro,  bullen en su cabeza pensante―, serán tomadas en cuenta por él. “El propósito de la política cultural es el perfeccionamiento de la condición humana de todos los miembros de la sociedad, y no el desarrollo material por sí mismo”, ya lo dijo él en el año 2000 y Danilo Medina es un hombre coherente.

*Coordinador Nacional del Frente Cultural con Danilo-Sector Externo.

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